Hay algo fascinante en la ciencia, se obtienen unos dividendos enormes en conjeturas a partir de una inversión insignificante de hechos.
La realidad que vemos en nuestro entorno no es caprichosa. La evidencia está abrumadoramente a favor de algún tipo de diseño.
Los datos cientificos aplastantes indican que alguna inteligencia debe haber puesto con minuciosidad la materia y las fuerzas del Universo.
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