EL BRITANO CAPITULO 63

Marcelo propuso ir a una taberna a almorzar , pero yo me negué. Lo último que deseaba era estar en una taberna oscura y maloliente . Me había acostumbrado a la vida en el campo, con espacios abiertos  y olores sanos.

-Quiero  regresar  pronto a mi hogar - dije  un poco compungida.

Edward que ya de por sí era bastante protector  conmigo, pensó que yo iba a abortar  o algo parecido.

-Estas  enferma , mi amor?
-Estoy  bien, solamente estoy muy cansada .

Marcelo propuso  alquilar un carromato para ir todos  sentados. Había mercado ese día y   compró  para mi dátiles , manzanas  y  una torta dulce  de trigo.  Yo solo deseaba ir sentada con Edward   de regreso a casa.

-Bella, tú estás malita -  me preguntó Tomas  abriendo mucho sus ojos marrones.
-Estoy bien , cariño, solamente estoy muy cansada. Cuando lleguemos a casa estaremos tú y yo un día entero en la cama, durmiendo.-  le dije.

La cara  de Tomas se iluminó  y dijo :
-Bieeen !
-Yo me apunto  a eso -  añadió  Edward.

Una vez colocados dentro del carromato, Marcelo se sentó al lado del conductor que venía con nosotros , y  dejó conducir  al hombre. Estuvimos   comiendo dátiles y torta  y Edward peló unas manzanas  con su cuchillo. Cuando llegase a casa pensaba darme un buen baño  para quitarme  el sucio  olor  de la cárcel. Después  me iba a lavar el cabello también....

Por la noche llegamos a mi amado hogar , pero no me di cuenta porque me había quedado  dormida  en brazos de Edward.  El  me despertó  con un beso y me ayudó a bajar.  Enseguida  escuché a  Ane  gritando muy contenta  y nerviosa :

- Amoooo,  Amooo,  qué bueno que llegó !
-Tranquila  Ane. Todos estamos bien . Todos sanos y salvos- dijo Marcelo.  - Es tarde, vete a dormir, anda... Yo me encargaré del conductor.

Los caballos y el carro fueron llevados al establo y el  hombre  durmió en la casa. Él  quería dormir en el establo con los caballos pero  Marcelo dijo que no, que  en la casa se estaba más fresco.
Al dirigirnos hacia el baño vimos  unas cabecitas  que asomaban  por una puerta  y, al lado , Isra  que llevaba una lamparilla . Los niños querían saber.

-Hola niños, estamos bien, muy bien. Ya estamos aquí-  dije yo  sonriendo pero estaba  muerta de sueño.
Isra  me miró, se notaba que había  llorado.

-Bella, te quiero mucho- me dijo.
-Y yo a ti  -le respondí-  Voy a  bañarme . Mañana nos veremos  . No temas nada.

Me sonrió  y me dirigí  al baño  con  Edward.