Marcelo entró a desearme buenas noches y dar un beso al bebé y preguntarme su todo iba bien. Se alegró mucho al saber que el niño ya había tomado su primera lechita.
Al poco rato entró Edward con una bandeja de comida , pan cortado en rebanadas , carne ahumada , queso , fruta y miel.
- Qué rico - dije - ,e apetece una rebanada de pan y queso y miel.
- Esta es mi chica - me respondió Edward. Dejó la bandeja en la mesa y después cogió al bebé en brazos para depositarlo en la cunita .
- Y ahora hijito mío mami y papá van a cenar y tú tienes que estar en tu cunita - dijo al bebé como si el niño pudiera entenderle - pero papá y mamá estan cerca, aquí mismo.
Se oyó un dulce gorjeo de nuestro hijo y movió sus manitas . Edward le dio un beso en la frente y lo arropó con la manta . Giró hacia mi y me dijo :
- Vamos a cenar mi amor.
Edward se tumbó junto a mi y puso la bandeja en medio de los dos
- Luego rezaremos los dos para dar gracias por nuestro hijo.
- Yo ya recé como unas tres veces - dije yo-
- ¿En serio?... Yo también - respondió riendo.
Me acercó el queso y el pan y también una loncha de jamón ahumado. Bebimos vino y comimos despacio y disfrutando de cada bocado . Las comidas de la granja siempre eran sencillas y alimenticias, al igual que nuestra fe en Jesus. Al terminar Edward recogió las sobras , acomodó los almohadones y miró al bebé.
- Parece que está dormido .... Es tan bueno....
- Sí, como tú, Edward.
- Es bueno como su madre
Yo sonreí pues sabía que siempre que hablásemos del bebé Edward iba a decir que era tan bueno, dulce , hermoso y listo como yo.
Me rodeó con sus brazos y me besó en los labios lentamente .
- Bella, ¿cogemos al niño?
- No sé... Dejémosle en la cunita a ver qué pasa. Supongo que se despertará dentro de poco. Le toca mamar otra vez.
- Es verdad , mi amor. Estás tan guapa cuando le das de mamar ...
Me puse muy colorada cuando escuché eso.
- Imaginaciones tuyas ...
- Guapísima, pones una cara muy bonita - y me estrechó entre sus brazos con suavidad - Y ¿ aún te duele todo mi vida ?
- No - mentí.
- Debe dolerte todo el cuerpo , amor mío... después del parto allá en el pino...
- Ay Edward , debiste pensar que estaba loca cuando te dije que quería parir allí.
Me besó en los labios otra vez , y fue otro beso lento y apasionado, lleno de amor. Me avergüenza decir que a pesar de estar recién parida y ser madre, sentía un deseo muy profundo hacia mi esposo Edward, aunque pensaba que todavia pasarían varias semanas hasta que pudiéramos hacer el amor...
- Bueno, me asusté mucho , pero confiaba en Jesus y sabía que todo iría bien.
El bebé comenzó a gemir , no fue un llanto pero eran gemiditos como si llamara nuestra atención.
- Ya voy amor - dijo Edward .
Holaaaaaaa
ResponderEliminarah me leo estos capitulos y luego tengo unos sueños con Edward y él me da quesito y miel
Ah, no te cuento que feliz soy.....
besososososssssssssss
jaaa
Eliminarjaaaaaaaaa
quesito y miel
Bueno ya no tengo mas tiempo Mari
ResponderEliminarMañan prometo seguir conetando este y los demas hacia atras que me quedan
Un besito muy grande amiga!