EL BRITANO CAPITULOS 39 y 40

Me habia comportado como una tonta pusilanime  desmayándome en un entierro. Estaba  avergonzada  e iba a disculparme  con los que estuvieran en la cocina.
" Tranquila ", me dijo  Edward , " no hay  nadie  ahora, todos  están en las  faenas  agricolas. Marcelo me ha  dicho  que no te preocupes. Tiene una sorpresa para ti. "
Me  sorprendió que Edward  conociera mis pensamientos , pero no era extraño. El  adivinaba  mis  sentimientos . Echó leche en dos tazones  y me acercó la hogaza de pan , pero cuando sentí el olor de la leche  tuve  naúseas de nuevo.
" Comeré   tan solo el pan mojado  en la leche ", dije.
" No  temas, ya comerás poco a poco ", me respondió Edward. " Yo  voy a estar  todo el tiempo   en la  carpinteria  haciendo una cosa... ¿me acompañas? "
" Me gustaria ayudar, me siento inutil sin hacer nada "., dije.
" Creo que Marcelo quiere que le ayudes en algo. Creo que es algo que te gustará ".
" ¿Qué es , Edward ? ",  le  pregunté muy curiosa, pero  no me lo quiso decir.
Edward  no me obligó a comer mas pero metió en un saquito de tela un trozo de jamon y queso  y lo guardó en su bolsillo. Supongo  que era para mi.  Me  cuidaba como si yo fuese una niña  y eso  me gustaba , pero yo queria trabajar  en algo. Habria algo que yo pudiera  hacer  en  la granja...

Fuimos  a la carpinteria  que estaba  en el granero  donde  estaban los cachorritos . Edward  me dijo que iba a hacer una lápida  de madera  con una   B  de  Bruno  grabada .
" Se te da  bien la carpinteria ", le dije.
" Me enseñó mi tio cuando yo vivía allí en Britania ".
Recordé que Edward no me habia contado muchas cosas sobre su  país...
"¿Echas de menos tu país, Edward ; lo extrañas ? ", le  pregunté. Él  siguió cortando la madera con el serrucho  y respondió :
" No. La vida  allí era muy dura. Había  inviernos en los que pasábamos hambre. La tierra no era muy fértil  y dependíamos del ganado  o de la caza, y.... además.... allí no estabas tú. ", añadió con su sonrisa  torcida.
Yo sonreí también y de repente  se me ocurrió  una pregunta  que  no le había hecho  nunca.
" ¿Tenías... novia, quiero decir... te gustaba alguna mujer? "
Terminó de  serrar  el rectangulo de madera y me miró : " No, bueno... la hija del  herrero   me  pretendía. Allí es la chica  la que elige  al hombre . Ella  quería  que  yo  fuese  su novio,   pero  yo  no  quería.  A mi  me gustaba otra..."
Me  quedé  blanca  al oir  eso.  No  me imaginaba  a  Edward  cortejando  a otra  mujer.
"¿Quién ...quién era ? ",  conseguí tartamudear.
"Una  pequeña  romana... con el  pelo  castaño,  ojos  oscuros ,  piel  blanca  y  labios  rojos ", me dijo  estrechándome por la cintura  y   me   encontré  pegada  a su  cuerpo. " Me  volvía  loco  esa  pequeña  romana  y  me  casé  con ella...  y creo  que  vamos  a tener  un hijo. "
De  repente  me  sentí  unida  a sus labios.  Nos  fundimos  en  un  beso  apasionado.  Hacía  muchos  días  que  no hacíamos  el amor   y   tenía  muchas  ganas ...
" Creo  que  deberíamos  asegurarnos  bien  de eso... esta  noche " , le  dije  despegando  mi boca de  la  suya  y  un poco  avergonzada  de mi   insinuación.
" Sí, ... esta  noche "
Entonces  escuchamos   una  vocecita  que  decía :

" Eeeedwaaard, ¿tú qué haces? "