Los demás niños no se habían enterado de nada pues también se habían ido a la siega. Querían subirse en el carro lleno de heno recién cortado . Por eso no había nadie en la casa. Sólo nosotras y Edward.
Edward y yo fuimos hasta el carromato , subimos y nos dirigimos camino de la ciudad. El soldado nos vigilaba. Yo debía ser fuerte pero estaba temblando de miedo.
"No tengas miedo " , me dijo Edward. " Hay que confiar en Jesus. Ya verás cómo se arregla todo. "
" Les diré que soy una patricia romana y nos soltarán".
Busqué los labios de Edward y nos besamos . Me tranquilicé con el olor de su cuerpo y con su calor. Llegamos por la noche a la ciudad y nos condujeron al calabozo.
" Me niego a pasar la noche en un calabozo ! ", dije al oficial. "Soy patricia de Roma, mi nombre es Publia Cornelia Bella ". No podía creer mi determinación y valentía, pero tenía que salvar a Edward , y añadí :
"Aquí está el sello y el anillo de mi padre ".
El joven prefecto, que evidentemente era un sustituto del anterior, más viejo y veterano, miró detenidamente los anillos. Vio que eran auténticos.
"¿Y qué hace una patricia de Roma aquí? " , me preguntó traspasándome con la mirada.
"Me marché de Roma y eso no te importa. Mi esposo y yo no vamos a pasar la noche en un calabozo. Exijo que nos liberes".
"Eso no resolvería el asunto del niño", me respondió. "Podéis comer algo en el cuarto del vigilante y quedaros allí. Mañana se solucionará todo. "
Entramos y nos sentamos a la mesa. Habían restos de la cena: pan, carne y una jarra de cerveza.
"Comamos algo y descansemos aquí" , me dijo Edward. "Mañana aparecerá Marcelo . Supongo que a estas alturas ya se habrá enterado de todo y habrá ensillado su caballo para venir aquí. Esto no habría pasado si yo no me hubiera ido a segar." , me dijo acariciando mi pelo. "Yo he tenido la culpa de todo".
"No digas eso, tú no podías saberlo" , dije. "La culpa la tiene ese nuevo y joven magistrado. Parece que se toma muy en serio todo lo que le enseñaron en la escuela."
Estábamos sedientos y bebimos cerveza . Comimos pan y un poco de carne, pero estaba seca y dura. Edward llevaba en el bolsillo queso y una manzana y me los dio.
"Come, tienes que comer ", me dijo.
"¿Y tú ?" , le pregunté.
"Me comeré esta carne seca. Tengo buenos dientes. No te preocupes , todo se arreglará mañana. Comamos deprisa y luego rezaremos ".
Terminamos y me acomodé con Edward en el banco de madera que había en la habitación. Nos sentamos lo mejor que pudimos y nos abrazamos.
"Dentro de unas horas amanecerá... Vamos a rezar, Bella. Estamos juntos y eso es lo que importa ." , apoyé mi cabeza en el pecho de Edward. "Señor Jesus, te damos las gracias por tenernos el uno al otro y por ese niño que está dentro de Bella. Confiamos en ti y sabemos que tú nos vas a ayudar. Te queremos mucho. Amen. "
Me miró y me preguntó : " ¿Quieres añadir algo tú ? "
" Sí... te pido que perdones a Isra. Estaba muy asustada cuando dijo eso. Pude verlo en su cara.... tenía mucho miedo."
"No te preocupes, Bella. Él sabe que somos humanos y que tenemos miedo. "
por qué vas tan lenta con los capitulos ??????
ResponderEliminarcuenta lo que pasa, please!
los rescata el Marcelo?????
ja ja ja ja ja
Eliminarqué mala soy !!!!
así hay más emoción, no?
ah qué mala Mariiiiiii !
Eliminarpor favor continua pronto con el siguiente.
Perdon por no entrar mas al blog, no pude
besos!